sábado, 30 de julio de 2011

Gabriel Salazar y María Olivia Monckeberg analizan la crisis en la educación

La mala educación chilena
http://www.theclinic.cl/2011/07/12/la-mala-educacion-chilena/

jueves, 16 de octubre de 2008

DISCIPLINA: "EL DIFÍCIL ARTE DE DISCIPLINAR"

“NO ES NO”

“No es no y hay una sola manera de decirlo: No.
Sin admiración ni interrogantes, ni puntos suspensivos.
No, se dice de una sola manera. Es corto, rápido, monocorde, sobrio y escueto.
No. Se dice una sola vez, No. Con la misma entonación, No. Como un disco rayado, No.
Un No que necesita de una larga caminata o una reflexión en el jardín no es No.
Un No que necesita de explicaciones y justificaciones, no es No.
No, tiene la brevedad de un segundo. Es un No para el otro porque ya lo fue para uno mismo.
No es No, aquí y muy lejos de aquí.
No, no deja puertas abiertas ni entrampa con esperanzas, ni puede dejar de ser No, aunque el otro y el mundo se pongan patas arriba.
No, es el último acto de dignidad.
No, es el fin de un libro, sin más capítulos ni segundas partes.
No, no se dice por carta, ni se dice con silencios, ni en voz baja, ni gritando, ni con la cabeza gacha, ni mirando hacia otro lado, ni con símbolos revueltos, ni con pena; y menos aún, con satisfacción. No es No porque no.
Cuando el No es No, se mirará a los ojos y el No se descolgará naturalmente de los labios.
La voz del No no es trémula, ni vacilante, ni agresiva y no deja duda alguna.
Ese No, no es una negación del pasado; es una corrección del futuro.
Y sólo quien sabe decir No puede decir Sí”.

(Tomado de alguna parte)


"EL DIFÍCIL ARTE DE DISCIPLINAR"
Además de una comunicación abierta, amorosa e incluyente, para educar es fundamental establecer normas claras que nos permitan enseñar a nuestros hijos lo que esperamos de ellos y ayudarlos a formar su criterio.
La disciplina proporciona al niño elementos para autorregular su conducta y formar hábitos que le serán útiles durante toda su vida. Al respetar las reglas nos ponemos límites a nosotros mismos, lo que nos hace autónomos y libres.
La disciplina es un medio, no un fin en sí misma. Los límites se establecen en función de nuestros valores y principios, de las circunstancias que vivimos, de la edad y características de cada uno de nuestros niños, del estilo de convivencia que queremos como familia.
Cuando nuestras palabras se apoyan en nuestros actos, los niños comprenden que hay una relación directa entre lo que decimos y lo que hacemos y así aprenden a tomar en serio nuestras palabras.
Los niños pequeños tienen lo que se llama un pensamiento concreto y eso hace que entiendan más claramente nuestros actos que nuestras palabras. Si lo que decimos no corresponde a los hechos, nuestros hijos aprenderán a ignorarlo. No estarán seguros de lo que les estamos pidiendo y pondrán a prueba nuestros límites, midiendo hasta dónde pueden llegar.
El niño percibe claramente cuando nuestro “no” significa “quizá”, “a lo mejor”, o“probablemente”.
Entonces, lo que conseguimos es iniciar una lucha de poder con él y enseñarle que se puede decir una cosa y hacer otra. En cambio, cuando “no” quiere decir efectivamente “no”, él tiene certeza de que los límites son firmes.
Debemos partir de la convicción de que la disciplina no es un peso que cargamos sobre los hombros de nuestros hijos, sino una herramienta de vida indispensable para que ellos asuman su autonomía y para impulsarlos a que tengan éxito en las actividades que emprendan. Procuremos que nuestro “no” sea firme y sereno, sin agresión.
Los actos tienen consecuencias y si transgredimos una norma tenemos que asumir el costo, además de reparar los daños que hemos causado. Proteger a nuestros hijos de las consecuencias anula su experiencia y su aprendizaje. Conviene distinguir entre las consecuencias llamadas “naturales” y las que son producto de la decisión de los papás. Las primeras surgen como resultado de una acción concreta del niño: “si sueltas el globo, se va”; “si golpeas el juguete, se rompe”; “si molestas a tus compañeros, no querrán jugar contigo”. En estos casos, lo que nos corresponde a los padres es el difícil arte de no hacer nada: dejar que la consecuencia natural enseñe al niño a no soltar su globo, a no maltratar los juguetes y a tratar cordialmente a sus compañeros.
Desgraciadamente en ocasiones los padres somos quienes impedimos su aprendizaje al reemplazar el globo perdido, el juguete roto o culpamos a los compañeros que lo rechazan.
Las consecuencias producidas por decisión de los papás, consisten en medidas disciplinarias o sanciones que se aplican a los niños cuando hacen lo que no está permitido.
Para que estas medidas sean eficaces, los maestros, padres y pedagogos experimentados,
hacen las siguientes recomendaciones:
Imposición inmediata. Si dejamos pasar mucho tiempo entre el hecho y su desenlace, el niño no encuentra la relación entre la conducta y lo que ésta ocasiona. podemos hacer “borrón y cuenta nueva” para darle la oportunidad de reintegrarse a sus actividades. No hay necesidad de continuar recordándole que hizo mal.
Aplicación coherente. No podemos enseñarles a no pelear, peleando, a que no griten, alzándoles la voz y a que no peguen, mediante golpes.
Relación lógica. Otra característica importante es que la consecuencia que establecemos , debe estar relacionada de manera lógica con la conducta que la provocó.
No agresión. Las consecuencias sirven para que el niño modifique su conducta. No se trata de agredirlo ni de descalificarlo, sino de sancionar su manera de actuar.
No agravar conflictos. Cuando un conflicto ha provocado mucho enojo en el niño, quizá sea útil que por un rato se aísle de los demás para que así tenga el tiempo y el espacio necesarios para calmarse y aceptar las consecuencias. En ocasiones los padres somos los que necesitamos ese tiempo para no dejarnos llevar por el impulso del enojo y reflexionar sobre cuál es la mejor manera de resolver el problema.
Claridad y consistencia. Hay que asegurarnos que las normas son claras y han sido comprendidas. En la práctica, es muy importante que las consecuencias se apliquen consistentemente en toda circunstancia, pues no son castigos que dependen del humor de los papás, sino de límites firmes.

ASÍ,ENTENDIENDO EL SENTIDO DE LA DISCIPLINA, PODREMOS APRENDER EL DIFÍCIL ARTE DE DISCIPLINAR A NUESTROS HIJOS E HIJAS.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

"EL PRIMERO DE LA CLASE"


Hace un tiempo, escuche hablar de un gran maestro, llamado Miguel Angel Santos Guerra, pues curiosa me he dedicado a curiosear en su trabajo, y quiero compartir con ustedes una de las muchas historias con las que este personaje comenta aspectos relevantes del mundo educativo.
Este escrito se llama “El primero de la clase” y es una reflexión en torno a un programa de televisión titulado “el primero de la clase”, es una reflexión a partir de la “competitividad”, “del ganarle al otro”, “ser mejor que el otro”, no se trata de competir con uno mismo, sino de “conseguir desbancar a los demás”, no importa el proceso, importa el resultado, no importan las condiciones de partida, importa el tiempo de llegada. Vivimos en una época en la que nada se entiende sin que la competitividad lo atraviese.
En este sentido, es que M.A.Santos Guerra, nos presenta un hermoso relato de Carlos Joaquín Durán titulado “Virtudes Choique”.

"Virtudes era una docente que trabajaba en una escuela situada al pie de un cerro. Era la única docente del lugar y se encargaba de tocar la campana, de hacer la limpieza, de trabajar la parcela. Era robusta, morena y tenía a su cargo 56 niños. Dice Joaquín Durán que "estaba llena de inventos, de cuentos y de expediciones". Los chicos no se perdían ni un solo día de clase: además de jugar con ellos les escuchaba sus historias.
Un día, uno de los niños, Apolinario Sosa, llegó a su casa con una notita de la maestra que aseguraba a los padres que su hijo era el mejor alumno de la clase.
Al día siguiente, otro niño llevó a su casa una nota parecida, y así otro niño y otro más, hasta que los 56 niños llevaron a su casa el mismo mensaje de la maestra que aseguraba a los padres que su hijo era el mejor alumno.
Y no habría pasado nada si al recibir la notita, el boticario hubiera reaccionado como los otros padres. Contrariamente a los demás, éste decidió hacer una gran fiesta y procedió a escribir una carta a la señorita Virtudes en la que la invitaba, y también a todos los niños y a sus familias para el sábado siguiente.
Cada niño lo comentó en su casa y, como ocurre siempre con la gente sencilla, nadie faltó a la fiesta y todos estuvieron dispuestos a divertirse.
En medio de la reunión, el boticario pidió silencio para anunciar la razón del festejo: los había reunido para comunicarles que su hijo había sido nombrado por la maestra el mejor alumno de la clase. Y los invitó a todos a brindar por su hijo que había honrado a su padre, al apellido y al país.
Nadie levantó el vaso; en contra de lo esperado, nadie aplaudió. Los padres empezaron a mirarse unos a otros bastante serios; el primero en contestar fue el padre de Apolinario Sosa que dijo que no brindaba, porque el "único mejor" era su hijo. Inmediatamente el padre de una niña ya casi se le acercaba para pegar al señor Sosa diciéndole que la "única mejor" era su hija.
Comenzaron los gritos, los insultos, las peleas. Lo peor fue que empezaron a acusar a la maestra como la culpable de aquel conflicto. Un padre dijo: Aquí la responsable de todo es la señorita Virtudes Choique, que ha mentido; nos ha dicho a todos los padres lo mismo: que nuestro hijo es el mejor alumno.
Y Virtudes, que hasta ese momento había permanecido callada, tomó la palabra y dijo: Yo no les he mentido y voy a darles ejemplo de que lo que digo es verdad: cuando digo que Apolinario Sosa es el mejor alumno no miento, porque si bien es desordenado, es el más dispuesto a ayudar en lo que sea. Tampoco miento cuando digo que aquel es el mejor en matemáticas, pero no es precisamente muy servicial. Y aquella que es una peleadora de primera es la mejor escribiendo poesías. Y aquel, que es poco hábil para la Educación Física, es el mejor alumno en Dibujo. ¿Debo seguir explicándolo? ¿No lo entienden? Soy la maestra de todos y debo construir el mundo con estos chicos. Pues entonces, ¿con qué levantaré la sociedad, con lo mejor o con lo peor?
Poco a poco cada padre fue buscando a su hijo. Los mayores estaban muy serios, en cambio los chicos estaban todos contentos. Poco a poco cada padre fue mirando a su hijo con ojos nuevos, porque hasta ahora habían visto sobre todo el defecto. Los padres fueron comprendiendo que cada defecto tiene su virtud que le hace contrapeso y que es necesario destacar, subrayar y valorar. El boticario, que era el organizador de la fiesta rompió el silencio y dijo: Bueno, la comida ya está preparada y debemos multiplicar este festejo por 56.

- "No me gusta la obsesión por la competitividad. Si conseguimos que cada niño se sienta el mejor de su escuela, el mejor de sí mismo en la escuela y en la familia, habremos avanzado un gran trecho".(M.A.SantosGuerra)

sábado, 16 de agosto de 2008

"ANIMARNOS A VIVIR LOS SUEÑOS


...Un pedacito de carbón que se convertirá en diamante...

sábado, 9 de agosto de 2008

"Quiero paz" Eduardo Gatti


...Cuanto demora el hombre en entender
cuanto demora en discernir
esperaré hasta que salga el sol
en triste y bella oscuridad
tarda la flor para abrir
tu pecho al fin, tu corazón
no sé si mucho sé o poco al fin
solo sé que te quiero a tí
Quiero paz quiero una pausa
quizás morir de amor en tu mirada
sin pasado, sin temores
y sin prejuicios que me nublen
y en este barco de soledad
navegan todos, a donde va
atardecer, silencio, respiro hondo
después de días trabajar
me vi en tus ojos sin querer,
caí profundo, amor quizás
no sé si mucho sé, o poco al fin
solo sé que te quiero a tí
Muere el tiempo, se abre el silencio,
contestame, abrázame
no sé si mucho sé, o poco al fin
solo sé que te quiero a tí ...

¿Qué es el Síndrome de Déficit Atencional?


El Síndrome de Déficit Atencional (SDA) corresponde al trastorno neuropsiquiátrico más frecuente en la niñez, en que la dificultad básica está dada por el mal funcionamiento de circuitos cerebrales que afectan el autocontrol de la conducta.
Se le llama síndrome porque en este problema confluyen un conjunto de síntomas, entre los cuales los más característicos son la falta de atención, dificultad para concentrarse, impulsividad, y en algunos casos asociado a hiperactividad motora constante. Los síntomas antes mencionados, habitualmente se asocian a dificultades en el aprendizaje escolar, problemas de adaptación, y disminución de la autoestima
Las causas de este trastorno son diversas y van desde inmadurez neurológica y desequilibrios químicos en el sistema nervioso central, hasta asfixia en el alumbramiento, partos prematuros o causas hereditarias. Pero igual de importantes son los factores ambientales, como una dinámica familiar alterada.

I. TIPOS DE DÉFICIT ATENCIONAL:

1. Los niños con Déficit atencional sin hiperactividad:
• se distraen con facilidad.
• presentan dificultades para concentrarse en sus deberes escolares como también en los juegos.
• son de esos menores que por lo general no terminan lo que empiezan.
• Pierden u olvidan sus útiles escolares.

2. Déficit atencional con hiperactividad:
• se caracterizan por ser extremadamente inquietos.
• van de un lugar a otro, abren cajones y puertas, y se suben a sitios peligrosos.
• se enojan e irritan con facilidad,
• perturban y molestan a otros niños.
• se frustran con rapidez cuando algo no les resulta o no se satisfacen sus pedidos.
• actúan antes de pensar y tienen drásticos cambios de estado de ánimo.
• conducta desorganizada.
• muchas conductas de exploración.
• no terminan lo que comienzan.
• pierden u olvidan útiles escolares.
• sufren frecuentes accidentes.
• experimentan dificultad para abstraerse de las distracciones.
• tienen dificultades para seleccionar lo que es importante y enfocar su atención a ello, y son fácilmente distraídos por cualquier estimulo.
• en muchas situaciones no inician, adhieren o completan las actividades a un nivel similar a sus compañeros de edad.
• pueden luchar para enfocarse simultáneamente en dos cosas, tales como la voz del profesor y el pizarrón

II. ¿CÓMO Y DE QUE FORMA SE PUEDE DETECTAR PRECOZMENTE EL SDA?

A) CRITERIOS PARA EL DIAGNÓSTICO DE TRASTORNO POR DEFICIT DE LA ATENCION CON HIPERACTIVIDAD. (Erick Taylor)


1.- FALTA DE ATENCIÓN (Al menos 3 de los siguientes síntomas)
• A menudo no puede acaba las cosas que empieza.
• A menudo no parece escuchar
• Se distrae con facilidad
• Tiene dificultades para concentrarse en el trabajo escolar o en tareas que exigen una atención sostenida
2.- IMPULSIVIDAD (Al menos tres de los siguientes síntomas)
• A menudo actúa antes de pensar
• Cambia con excesiva frecuencia de una actividad a otra
• Tiene dificultades para organizarse en el trabajo (sin que haya un déficit cognitivo)
• Necesita supervisión constante
• Hay que llamarle la atención con frecuencia
• Le cuesta esperar turno en los juegos o en las situaciones grupales
3.- HIPERACTIVIDAD (Al menos 2 de los siguientes síntomas)
• Corre de un lado para otro con exceso, o se sube a los muebles
• Le cuesta mucho quedarse quieto en un sitio o se mueve excesivamente.
• Le cuesta estar sentado
• Se mueve mucho durante el sueño
• Esta siempre " en marcha" o actúa "como si lo moviera un motor"
4.- ESTOS SÍNTOMAS DEBEN PRESENTARSE ANTES DE LOS 7 AÑOS Y DURANTE AL MENOS 6 MESES

II. ¿QUIENES SON Y QUE HACEN LOS PROFESIONALES QUE INTERVIENEN EN EL TRASTORNO POR DEFICIT DE LA ATENCIÓN?

PROFESOR(A): profesional de área pedagógica quien es el primero en dar la voz de alerta de sus alumnos con respecto a que factores lo están afectando en su aprendizaje, además es aquel que lleva a cabo la mayoría de las estrategias de tratamiento muchas veces elaboradas por otros profesionales, dentro de la sala de clases.

NEUROLOGO(A): Profesional médico del área de la neurología el cual a través de un diagnóstico clínico va determinando signos y síntomas tanto a nivel orgánico como funcional, en relación a si el paciente posee o no un SDA. Además es el único profesional de ésta línea que está facultado para otorgar un tratamiento farmacológico en el caso que sea necesario.

PSICOPEDADOGO(A): Profesional especialista del área pedagógica que se especializa en el diagnóstico y tratamiento en personas con SDA principalmente en función de las habilidades y ritmos de aprendizaje que éstos poseen.

PSICOLOGO(A): Profesional del área de la psicología quién realiza la labor de determinar cuales son los factores emocionales y conductuales que están afectando a una persona con SDA, o que puedan estar afectado sus ritmos de aprendizaje.

IV. ¿CÓMO APOYAR A NIÑO O NIÑA CON DÉFICIT ATENCIONAL?
Las manifestaciones del déficit atencional pueden ser reducidas considerablemente mediante una intervención multidisciplinaria, basada en la acción conjunta y coordinada de padres, profesores y especialistas.
Los resultados son mejores cuando el niño es tratado precozmente, por lo general a partir de primero básico. Nunca antes.

Los Padres
El DA (déficit atencional) por lo general produce mucha preocupación, e incluso angustia en los padres, la que es necesario reducir para enfrentar efectivamente la situación.
Los primeros pasos que se deben dar para ayudar a sus hijos (as) son aceptar que el (la) niño (a) tiene una dificultad, informarse respecto al déficit atencional y buscar alternativas de apoyo.
Los niños(as) necesitan de un ambiente familiar donde:
• Se sientan acogidos y contenidos: Tratarlos con cariño y firmeza.
• No culparlos por conductas o situaciones que están más allá de su voluntad y capacidad de control. La principal preocupación debe ser de proteger y fortalecer la autoestima del niño, ya que ellos tienden a sentirse torpes y poco eficaces.
• Los límites sean claros y consistentes: Establecer rutinas y hábitos que les
den seguridad.
• Las expectativas y exigencias sean adecuadas a su edad y
capacidades: Reconocer sus esfuerzos y logros aunque sean parciales
refuerza su autoestima y confianza en sí mismo.
• No compararlo con sus hermanos u otros niños.
• Evitar situaciones donde les sea difícil controlarse.
• Es importante focalizar las exigencias que no sean muchas sino las
principales, y no pedirles perfección.
• Sean vistos desde sus virtudes y fortalezas y no sólo desde sus
dificultades: Premiar y reforzar sus conductas positivas.
• Los castigos no son tan eficaces para cambiar su conducta como
el elogio y los premios.
• Desarrollar un hobby: Es aconsejable apoyarlo en que realice una actividad
que le guste, en que se sienta que lo hace bien. Puede ser un deporte, una
actividad artística u otras.
• Una vez que llegue del colegio es necesario que se distraiga y descance de la jornada escolar.
• Organizar el estudio, creando horario o programa de actividades.
• Crear clima adecuado para estudiar. Fomentar la concentración y disminuir los distractores de su entorno.
• Es muy importante que los padres mantengan informada a la
escuela respecto del proceso del niño (a) , sus avances y dificultades, de tal manera de generar en conjunto estrategias de manejo que vayan en una misma dirección, dándole seguridad y contención al niño(a).

III. TRATAMIENTO:
Generalmente se sugiere iniciar las consultas con un neurólogo infantil para que éste haga un diagnóstico y derive al menor hacia otros profesionales, como psicólogo o psicopedagogo.
Es probable que el neurólogo apoye el tratamiento con fármacos psicoestimulantes (Metilfenidato) que disminuyen la hiperactividad, favorecen la capacidad de concentración y mejoran el autocontrol de los impulsos agresivos. Con ellos se logra la adaptación del niño al medio escolar y social, un mejor rendimiento académico y más motivación por el estudio.
Estos fármacos mejoran la conducta entre un 70 y 90% de niños mayores de 5 años” (BARKLEY, r. 1998), los que reciben este tratamiento no sólo son menos impulsivos, inquietos y distraídos, interiorizan mejor las informaciones, se relacionan mejor, establecen de mejor forma compromisos y por ende se autocontrolan más eficientemente. Lo que conlleva que sean más aceptados y más queridos por sus compañeros y reciben menos castigos, mejorando por ende sus autoestima
Las prácticas actuales en el tratamiento del SDA/H se enfocan en el manejo de los síntomas a través de una combinación de modalidades de tratamiento (esto es, tratamiento farmacológico y tratamiento dirigido a la modificación de la conducta, el cual incluye técnicas conductuales y psicoterapia) llamado tratamiento multimodal
El proceso terapéutico para el SDA/H en niños y adolescentes comprende tres etapas fundamentales:
a) La evaluación inicial
b) La estrategia terapéutica
-Tratamiento farmacológico
-Tratamiento para la modificación de la conducta (Tratamiento conductual)
-Tratamiento combinado o multimodal
c) El control de la evolución de los síntomas y adecuación de la estrategia
.

jueves, 7 de agosto de 2008

Algo sobre la "Cultura o Pedagogía del Esfuerzo"

Los tres grandes obstáculos para una cultura del esfuerzo

Me parece interesante compartir un artículo que encontré sobre la pedagogía del esfuerzo,la transmisión de valores en nuestra sociedad actual, la idea de que el esfuerzo es necesario para la formación integral de nuestros hijos y estudiantes, para construir su personalidad, para obtener logros, y la contraposición con los modelos de sociedad y educación que se transmiten por los medios de comunicación, el tenerlo y quererlo todo de forma fácil y placentera.Compartiré algunos extractos que creo interesantes.

“El paternalismo, los modelos fáciles que proyecta la tele y un falso mito de igualdad” hacen difícil animar a padres e hijos a esforzarse.
Se trata de un modelo basado en no renunciar a nada, vivir sin complicarse la vida y esquivar el esfuerzo, que es la mejor forma de medir la felicidad en términos de placer inmediato, aunque lleve aparejados la pereza, el egoísmo y, a la larga, el fracaso.
¿Cómo ejercer entonces una pedagogía del esfuerzo cuando los valores fundamentales para la formación de nuestros hijos son devaluados por aquéllos que deberían promoverlos? La respuesta no es fácil y requiere de buenas dosis de voluntad y paciencia.
Por otra parte, cuando los pequeños se esfuerzan en realizar una actividad concreta y fracasan en el intento, con demasiada frecuencia los padres tendemos a solucionar el problema al que se enfrentan, en lugar de animarles a que sigan intentándolo.

Aprender sin esfuerzo, una quimera
Sin embargo, el esfuerzo es un elemento básico en el proceso de educación de los jóvenes. Aprender sin esfuerzo es, sencillamente, una quimera.

¿Cómo abordará el niño con éxito su próximo desafío sin haber superado por él mismo el anterior? Sólo con esfuerzo y una cierta renuncia se puede lograr un objetivo medianamente serio en la vida.

Todo esto lo sabe bien Francesc Torralba i Roselló, profesor catedrático de Filosofía de la Universidad Ramon Llull y miembro colaborador del Instituto Borja de Bioética
Torralba subrayó en una de esas conferencias que “los frutos que se derivan de una pedagogía del esfuerzo son frutos profundos”.
Sin embargo, advirtió, para educar a los hijos en una cultura del esfuerzo,se han de superar tres grandes obstáculos.

1.“Yo te lo haré”
El primero de esos obstáculos, considera Torralba, “es el paternalismo, "yo te ayudo","yo te lo hago" que los padres solemos exclamar cuando nos domina la impaciencia por resolver una situación que es el hijo quien ha de resolver [...]
Ese paternalismo entra en una evidente contradicción: "queremos que se esfuercen, pero les resolvemos los problemas. Vemos que se esfuerzan y no consiguen su objetivo, así que se lo hacemos nosotros", añade.

2.“La cara luminosa”El segundo obstáculo, dice Torralba, son los modelos que niños y adolescentes ven proyectados en la tele.

3.Un mito ingenuo
Para este experto en educación, el tercer obstáculo se encuentra en el mito según el cual “todo el mundo puede hacerlo todo si se esfuerza”. Torralba considera que “ésta es una idea ingenua”.

“¿Cómo vencer estos tres obstáculos?
*“Es importante intentar inculcar la motivación o ‘impulso’
“¿qué tipo de motivación podemos dar? Pues la vía más pragmática, o sea hacerle ver que ese esfuerzo tendrá sentido en su vida, en su formación. El esfuerzo es básico para poder desarrollarse”.

Otra buena estrategia es *“mostrarle los beneficios del esfuerzo con ejemplos cercanos, que conozcan o que admiren, siempre insistiendo en que a esos triunfadores no les han regalado nada, que detrás de lo ‘luminoso’ hay siempre un gran esfuerzo”
Y es muy importante practicar la “pedagogía de la contrariedad”. Que el niño o adolescente se encuentre con contrariedades que le estimulen a esforzarse.

*“Confrontar las contrariedades en el proceso de aprendizaje le ayudará a salir adelante. Si no se esfuerza en solucionarlas nadie lo hará por él y esa es la realidad que hay fuera del ‘nido’. Si no encuentra obstáculos en el camino no aprenderá nunca a superarlos”.
Torralba recurre al ejemplo de la bicicleta: “Cuando son pequeñitos, primero van en triciclo y luego pasan a la bicicleta con dos ruedas pequeñas de soporte. Pero, será necesario que los padres se dejen los riñones aguantando el sillín mientras corren detrás de la bici y que ellos se despellejen las rodillas de vez en cuando para que aprendan a ir a dos ruedas”.

“Frutos profundos”Por el contrario, “cuando detrás del ingreso en la universidad hay un esfuerzo, cuando se ha sudado tinta para superar todos los obstáculos que han conducido al estudiante hasta ahí, los frutos que se derivan de esa pedagogía del esfuerzo son frutos profundos”, asegura Torralba.
Así, cada vez que ese joven se encuentre con alguna contrariedad, la asumirá e intentará de nuevo resolver el problema al que se enfrenta.

El resultado de la cultura del esfuerzo forja también la personalidad del adolescente y “le dota del valor de la prudencia, de manera que aprende también a decir ‘no’ ante situaciones ‘peligrosas’, como la ingesta de alcohol o drogas. Saber decir ‘no’ cuando es conveniente es algo mucho más fácil para un joven si se ha formado en una pedagogía del esfuerzo.

“Educar, cosa de padres”Por otra parte, “el trabajo de educar es, esencialmente, un trabajo que corresponde al padre y a la madre. Actualmente, aún reconociendo la dificultad que conlleva conciliar la vida laboral y familiar, “hay una cierta tendencia a la dejadez y a delegar muchas veces esa tarea a la escuela.“El primer responsable de la educación de los hijos son los propios padres”.
Torralba advierte al mismo tiempo de que no hay una relación directa entre el esfuerzo y los resultados, de manera que suele ocurrir que lo que funcionó bien en nuestro primer hijo no da el mismo resultado en el segundo.

Los hijos tienen que asumir sus propias responsabilidades. Deben aprender a preguntarse ¿por qué fracaso reiteradamente en esto? No se puede recurrir siempre a echar la culpa a los demás. Es mejor hacerles ver que “el fracaso tiene un enorme valor pedagógico, que forma parte de la condición humana para aprender”, dice el experto.
Para concluir, Torralba asegura que “el resultado del esfuerzo da ‘felicidad’, que no es lo mismo que placer. Es difícil encontrar a alguien que, tras un enorme esfuerzo y sacrificio culminado con éxito, no haya experimentado esa felicidad.
“Además, el estado subjetivo de felicidad que se deriva del esfuerzo da impulso para realizar un nuevo esfuerzo ante un nuevo reto” recalca.

FUENTE: Víctor Ruíz en ForumLibertas.

domingo, 3 de agosto de 2008

Paco Ibañez canta a Neruda



"LA CANCIÓN DESESPERADA" PABLO NERUDA

Emerge tu recuerdo de la noche en que estoy.
El río anuda al mar su lamento obstinado.

Abandonado como los muelles en el alba.
Es la hora de partir, oh abandonado!

Sobre mi corazón llueven frías corolas.
Oh sentina de escombros, feroz cueva de náufragos!

En ti se acumularon las guerras y los vuelos.
De ti alzaron las alas los pájaros del canto.

Todo te lo tragaste, como la lejanía.
Como el mar, como el tiempo. Todo en ti fue naufragio!

Era la alegre hora del asalto y el beso.
La hora del estupor que ardía como un faro.

Ansiedad de piloto, furia de buzo ciego,
turbia embriaguez de amor, todo en ti fue naufragio!

En la infancia de niebla mi alma alada y herida.
Descubridor perdido, todo en ti fue naufragio!

Te ceñiste al dolor, te agarraste al deseo.
Te tumbó la tristeza, todo en ti fue naufragio!

Hice retroceder la muralla de sombra,
anduve más allá del deseo y del acto.

Oh carne, carne mía, mujer que amé y perdí,
a ti en esta hora húmeda, evoco y hago canto.

Como un vaso albergaste la infinita ternura,
y el infinito olvido te trizó como a un vaso.

Era la negra, negra soledad de las islas,
y allí, mujer de amor, me acogieron tus brazos.

Era la sed y el hambre, y tú fuiste la fruta.
Era el duelo y las ruinas, y tú fuiste el milagro.

Ah mujer, no sé cómo pudiste contenerme
en la tierra de tu alma, y en la cruz de tus brazos!

Mi deseo de ti fue el más terrible y corto,
el más revuelto y ebrio, el más tirante y ávido.

Cementerio de besos, aún hay fuego en tus tumbas,
aún los racimos arden picoteados de pájaros.

Oh la boca mordida, oh los besados miembros,
oh los hambrientos dientes, oh los cuerpos trenzados.

Oh la cópula loca de esperanza y esfuerzo
en que nos anudamos y nos desesperamos.

Y la ternura, leve como el agua y la harina.
Y la palabra apenas comenzada en los labios.

Ese fue mi destino y en él viajó mi anhelo,
y en él cayó mi anhelo, todo en ti fue naufragio!

Oh, sentina de escombros, en ti todo caía,
qué dolor no exprimiste, qué olas no te ahogaron!

De tumbo en tumbo aún llameaste y cantaste.
De pie como un marino en la proa de un barco.

Aún floreciste en cantos, aún rompiste en corrientes.
Oh sentina de escombros, pozo abierto y amargo.

Pálido buzo ciego, desventurado hondero,
descubridor perdido, todo en ti fue naufragio!

Es la hora de partir, la dura y fría hora
que la noche sujeta a todo horario.

El cinturón ruidoso del mar ciñe la costa.
Surgen frías estrellas, emigran negros pájaros.

Abandonado como los muelles en el alba.
Sólo la sombra trémula se retuerce en mis manos.

Ah más allá de todo. Ah más allá de todo.

Es la hora de partir. Oh abandonado!